Hoy quiero compartir con vosotras la labor de una seguidora.
Hace unos meses me pidió que le indicara cómo empezar este precioso abanico.
Lo que me planteaba era un reto para mí, pues si ya es complicado explicarlo en persona ni os cuento como es hacerlo en diferido.
Como soy una lanzada, me puse manos a la obra.
Todo el mérito es suyo y eso no hay quien se lo quite, pero me alegro por la parte que me toca.
El proyecto se le retrasó mucho debido a que tuvo problemas con el hilo (salió alguna partida en mal estado), y no le quedó otro remedio que cambiarlo.
Eso supuso deshechar el trabajo realizado, volver a cargar los bolillos (que son un montón) e iniciar de nuevo la labor. Ni por esas se desanimó. Está claro que cuando hay verdadero interés en hacer algo se persiste en ello contra viento y marea.
Me ha hecho una tremenda ilusión que me enviara la foto del trabajo terminado y me ha dado su permiso para publicarlo.